sábado, 15 de enero de 2011

Sesión 2: Comentarios sobre la historia Oral

“La historia oral como recurso metodológico en la enseñanza de la historia”
Ana María de la O Castellanos* * Investigadora de El Colegio de Jalisco.

Al hablar de historia oral, viene a mi mente el Doctor Luis González y González, quien hace alusión directa a esa necesidad de incluir dentro de nuestras estrategias de enseñanza una parte de la historia que en ocasiones pasa desapercibida por los docentes; la cual proporciona invaluables recursos y espacios de análisis, reflexión, critica, comprensión y por supuesto aprendizaje por parte de los alumnos.  Sin duda me refiero a la “microhistoria”, que en palabras de González, es definida como “La versión popular de la historia, obra de aficionados de tiempo parcial. La mueve una intención piadosa: salvar del olvido aquella parte del pasado propio que ya está fuera de ejercicio. Busca mantener al árbol ligado a sus raíces. Es la historia que nos cuenta el pasado de nuestra propia existencia, nuestra familia, nuestro terruño, de la pequeña comunidad"  1

En este sentido, hay que aclarar que la microhistoria, la historia oral requieren centrar los aprendizajes significativos en las necesidades concretas de la comunidad escolar y social en la cual se desenvuelven los alumnos con los que se está trabajando. Esto permitirá salvar la brecha entre lo académico y la comunidad: trae la historia al hogar, ya que relaciona al mundo del aula de la clase y el libro de texto con el mundo directo y diario de la comunidad en que vive el estudiante. Dar la oportunidad para que los alumnos pongan en juego sus estrategias de investigación y se acerquen a acontecimientos históricos desde lo que ellos conocen, su comunidad, va a permitir aprehender, recrear y producir conocimiento, trayendo consigo que realmente valoren los espacios culturales y puedan en un momento determinado fortalecer su propia identidad.

A su vez no se puede dejar de lado a la temporalidad, la cual implica no solo tomar aspectos regionales sobre los sucesos históricos, sino también establecer espacios que permitan a los alumnos visualizar aspectos nacionales y mundiales que tengan relación con la época analizada. Esto dará pie a reflexionar sobre la necesidad de comprender factores, procesos, personajes y no solo limitar a los alumnos a la memorización de fechas y acontecimientos que lejos de contribuir a conocer el pasado para comprender el presente, limitaran su capacidad.

No olvidemos que “El que hace la microhistoria de sus antepasados, de su terruño, de un grupo de familias ligadas por el tiempo y el espacio, muy a menudo tiende a acumular todo tipo de vestigios, movido por el afán "de ver a los ancestros en toda su redondez" (González, 1973).


1.- (cfr. Hacia una teoría de la microhistoria. Discurso de recepción del doctor Luis González y González en la Academia Mexicana de la Historia, leído en la sesión solemne del 27 de marzo de 1973).

No hay comentarios:

Publicar un comentario